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En sus escritos el pistolero de Oregon hablaba de “las locuras de los demás”

En escritos que dejó antes de suicidarse, el pistolero que mató a nueve personas en un colegio comunitario de Oregón la semana pasada, habló incontrolablemente sobre el no tener una novia y se quejó de que todo el mundo estaba loco, dijo un oficial de la ley.

La madre del tirador Christopher Harper-Mercer, de 26 años de edad, les ha dicho a los investigadores que él estaba lidiando con problemas de salud mental, el oficial también dijo el lunes. El oficial está familiarizado con la investigación pero no estaba autorizado a hablar públicamente porque continúa en curso.

En los escritos que abarcaban un par de páginas, Harper-Mercer se sentía como que era muy racional mientras que otras personas a su alrededor no lo eran, dijo el oficial.

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Escribió algo en el sentido de: “Otras personas piensan que estoy loco, pero no lo estoy. Yo soy el cuerdo”, dijo el oficial.

Harper-Mercer mató a nueve personas e hirió a otras nueve, luego se mató tras una balacera con la policía.

El lunes, algunos profesores, personal y estudiantes regresaron al Colegio Comunitario Umpqua por primera vez desde el tiroteo, mientras que el Presidente Obama anunció que viajará a Oregón para realizar una visita en privado con los familiares de las víctimas.

Las clases no reanudarán hasta la próxima semana, pero algunos estudiantes vinieron al campus para recoger las pertenencias que dejaron atrás cuando huyeron del ataque el jueves. Otros se reunieron con grupos profesionales para trabajar su trauma y dolor.

Un monumento conmemorativo se estaba formando en el camino de entrada hacia Snyder Hall, en donde Harper-Mercer abrió fuego.

“Fue difícil no enfocarse en Snyder Hall”, dijo el estudiante Joel Mitchell. “Cuando regresamos, creo que muchas personas probablemente estaban... mirándolo, revisándolo, viendo cómo se veía”.

Un grupo de ocho personas se sostuvo de las manos e inclinó sus cabezas en oración enfrente del edificio. En otros lugares, grupos de personas platicaban en mesas de picnic.

En un patio cerca del centro del campus, un perro de terapia se sentó sobre una manta con su controlador. Una mujer, se agachó, y se limpió una lágrima.

Los funcionarios de la escuela designaron un anfiteatro exterior como un memorial improvisado, abierto por el momento sólo para el personal y los estudiantes. Las flores y los globos fueron colocados en las mesas, y había marcadores disponibles para que las personas pudieran escribir mensajes en un estandarte que dice: “UCC fuerte”.

“Necesitaba estar aquí”, dijo la estudiante Madysen Sánchez. “Tenía que venir y ver a mis amigos, asegúreme de que están bien”.

Por lo menos un estudiante herido en la balacera se encontraba entre aquellas personas que regresaron el lunes, dijo la presidenta del colegio Rita Cavin. No identificó al estudiante.

Los capellanes que habían estado en el campus dijeron que estaban ayudando y participando en el proceso de sanación.

“Yo mismo estoy pasando por el proceso de duelo porque esto ha tocado a todos en la comunidad”, dijo el capellán Russell Wilson. “Si no conoces a alguien que asiste aquí, conoces a alguien que conoce a alguien”.

Mientras tanto, Obama anunció que visitará Roseburg el viernes mientras que da inauguración a un viaje de cuatro días a la costa oeste. Ningún otro detalle adicional sobre su visita estuvo disponible inmediatamente.

Después del tiroteo, Obama ha renovado su llamamiento para leyes más estrictas sobre armas y ha expresado su exasperación sobre la frecuencia de las balaceras masivas en los Estados Unidos.

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